martes, 8 de abril de 2008

Con-fusión



"Tengo el corazón hecho pedazos,
rota mi emoción en este día...
Noches y más noches sin descanso,
y esta desazón del alma mía." (José María Contursi)


4:17
Una de esas madrugadas que me gustaría fumar.
Como los vicios me han dejado en busca de cuerpos más jóvenes (dixit Garcia Alix) me queda la escritura.
Algún malicioso pensará que para escribir esto mejor vuelva a los viejos hábitos, pero ya no hay vuelta atrás. Prefiero esta incertidumbre.
Medito acerca de mi cante y el camino recorrido.
La vida de tango se derrumba en la soledad de mi casa. Quizá estoy cansada. Tal vez soy frágil. Seguramente me duele Argentina.
Demasiados pensamientos y una verdad interior. ¿A donde vas cantora?.
Abro el I Ching: Los sabios santos eran capaces de obtener una vision de conjunto de todas esas confusas diversidades bajo el cielo. Contemplaban las formas y los fenómenos y retrataban las cosas y sus propiedades.
Y sigue: Ellos hablan de las más confusas diversidades sin suscitar aversión. Hablan de lo supremamente móvil sin causar confusión.
El noble permanece en su cuarto. Si enuncia bien sus palabras, hallará aprobación desde una distancia de más de mil millas.¡Cuánto más aún en su cercanía! Las palabras parten de la propia persona y actúan sobre los hombres. Las obras se generan en la proximidad y se hacen visible a lo lejos... Mediante las palabras y las obras mueve el noble Cielo y Tierra.
¿No será imprescindible entonces, proceder con cautela?.
Ante este consejo siempre la gratitud y mi verguenza.
Ahora pienso en la niñez, en el abrazo de mi madre, en la serenidad de sus brazos.
1993, una noche similar a esta en Guatemala y Carranza vociferaba: El tango nació en mí como un aullido, un grito de dolor, de pasión, de sensaciones ambiguas... Necesitaba expresar mi angustia y mi alegría, mi furia y mi desesperación.
2008, una noche como aquella de Palermo: El tango muere en mí como un aullido.
Y vuelvo a la serenidad de la niñez.

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