Comencé el blog timidamente publicando fotos y relatos esporádicos. Una noche sin sueño se me ocurrió que podía utilizar este espacio para agradecer a mis amigos y retomar la sana costumbre de escribir un diario. Pero la palabra me llevó inmediatamente al sinceramiento visceral y me descubrí profundizando la historia de mi vida. La memoria empezó a obrar como fuente de sanación. Ayer hablé por teléfono con mi madre y le conté la audacia: -Mami, voy a intentar escribir mi Vida de tango- solté oronda. - Que bien- respondió, - mi amiga Alicia también está escribiendo sus memorias. Recomiendo este ejercicio. Hay un momento del camino, cualquiera haya sido el transcurrir, que el alma pide reacomodación y la escritura es un aliado poderoso. Estoy convencida que todas las vidas merecen ser contadas. Cada cuál tiene su color. Ni mejor, ni peor. Diferentes tintes. Es la Vida. Valorando lo recorrido, se dignifica seguir permaneciendo. Al igual que la amiga de mi madre, no soy escritora. Mil fallos gramaticales y ortográficos saldrán a flote, pero este no será el impedimento para la liberación de los recuerdos. Disculpas a quien pueda incomodar. No pretendo reconocimiento por la tarea. Escribo para mis seres amados. En este exilio que me he impuesto, necesito que mis queridos viejos conoscan la mujer que soy. Escribo porque no quiero olvidar. Para agradecer y divertir a mis amigos. Para mis sobrinos y los hijos que vendrán. Escribo por la pasión y el placer de escribir. Para purificarme y compartir con quien quiera leer. Por último, espero que este blog sea un incentivo para que otras vidas se atrevan a contar su historia.
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